martes, 23 de octubre de 2007

CONTRA EL SEXISMO

La mujer es y ha sido menospreciada a lo largo de la historia. Hoy en día hay quien cree que la sociedad avanza en clave de igualdad, pero la realidad es muy diferente. La mujer sigue siendo tratada como un objeto, tanto en casa, haciendo el papel de criada, como en la cama, buscando en el sexo la satisfacción masculina.

Los medios de comunicación nos informan de las “pasarelas” con sus modelos, las cuales marcan de una manera muy clara la voluntad de las jóvenes, influyendo con un canon de belleza antinatural que mantiene la concepción de la mujer como objeto sexual. Esto conduce en muchos casos a trastornos alimenticios como la anorexia, pero también a fuertes trastornos psíquicos que pueden degenerar en intervenciones quirúrgicas por motivos puramente estéticos. No podemos caer en la equivocación de trivializar esta problemática y decir que las mujeres que se hacen operaciones saben a lo que se exponen o que quien hace dieta es porque quiere...las cosas no son tan sencillas, la actual obsesión por la imagen no es producto de la casualidad ni de la idiosincrasia de las mujeres, sino que es producto de la presión social que ofrece un modelo de mujer y comportamiento muy reducido y que hace que se identifique belleza con éxito y felicidad..

No se puede aceptar más violencia física ni mental, tanto en hechos tan evidentes (como agresiones) como en el día a día (comentarios y roles sexistas). Nada más un cambio de mentalidad que rechace el machismo es la verdadera solución.
La publicidad es cómplice de la perpetuación del sistema patriarcal ya que marca claramente cómo y cuál ha de ser el comportamiento de la mujer. Utiliza la clásica concepción de la familia y el mito de la maternidad para eternizar los roles hombre-mujer, rol que perjudica a la mujer, ya que tiene que estar siempre a punto y perfecta para los hijos y para el marido, complacerles dentro de casa y en la intimidad, subyugando siempre su persona a las necesidades del resto.

La supuesta liberación femenina, la doble jornada de trabajo, lo que en teoría tendría que haber llevado hacia la igualdad, nos hace estar doblemente explotadas; en casa, trabajo que no se valora, y en el lugar de trabajo, donde por el simple hecho de ser mujer los salarios y la precaria situación laboral conllevan un aumento de la desigualdad. Es necesario condenar esta sociedad sexista, sociedad que acepta que se controle el cuerpo de la mujer, el cual sufre de una sexualidad reprimida y pasiva sometida a la dominación masculina. Sociedad donde la belleza se entiende como una competición entre las mujeres, una obsesión por la imagen, que destroza el autoestima de las mujeres convirtiéndolas en las victimas más claras del consumismo. Esta concepción, (en la cual las mujeres tienen que ser altas, delgadas pero con pecho y culo, ir siempre maquilladas y perfectamente vestidas) se fundamenta en la desigualdad de genero, hecho que va muy bien para mantener el sistema establecido, tanto en clave capitalista como patriarcal.

Hay que hacer una reflexión seria sobre esta obsesión por la imagen. Que nos destroza como sujetos y que desmenuza nuestra autoestima.

5 comentarios:

David Holguín dijo...

Bienvenida al mundo de la bloggosfera, jeje. Saludos desde Cáceres con 13rosas.

Besos

David Holguín dijo...

Agregadas quedas a mis contactos.

Carlos dijo...

Es cierto, la mujer sufre aún hoy una situación de desigualdad evidente. Sólo hay que ojear unas cuantas estadísticas para darnos cuenta.

Y, como muy bien dices, la principal causa de ello es que a día de hoy se presta más atención a las cualidades "externas" de la mujer en lugar de a sus virtudes internas. Esto hace que muchos hombres vean a las mujeres como objetos a su servicio, lo cual hace que muchas vivan en el infierno de los malos tratos, ya que dichos hombres no aguantan que se discuta su "autoridad", recurriendo a la violencia.

La sociedad debe estar en lucha continua contra esta lacra de la España actual, que resulta obvio es una de las principales "asignaturas pendientes" del país.

Un besooo!!

Jónathan Gil Guerrero dijo...

Aún que da mucho por andar pero yo no sería tan pesimista. Saludos

Atenea dijo...

Hola Jónathan,

No es cuestión de ser pesimista, lamentablemente es un hecho que en el siglo XXI entre las mujeres trabajadoras no hay conciencia feminista. A las generaciones de mujeres que hemos nacido en democracia, de alguna manera se nos vende la idea de que ya hemos conseguido la igualdad de derechos, nuestra libertad y que podemos hacer de nuestras vidas lo que queramos. Tú y yo sabemos que no es así, y que como bien dices queda mucho por andar…no es pesimismo, es que no podemos dormirnos.

Un saludo ;)