jueves, 22 de noviembre de 2007

VIOLENCIA MACHISTA.



Ha resultado escalofriante el último caso de violencia de género, después de ver al asesino en un conocido “reality” de la televisión pidiendo a su victima que se casara con él.
Los datos estadísticos revelan que entre un 35% y un 40% de mujeres que viven emparejadas sufren malos tratos físicos o psíquicos por parte del hombre, lo que permite afirmar que miles de mujeres están bajo amenaza de muerte.
La violencia de género tiene sus raíces en la existente desigualdad estructural en las relaciones de poder entre hombres y mujeres en la sociedad. La violencia es la forma más directa en la que los hombres pueden usar y usan su poder sobre las mujeres



Los derechos humanos fueron tratados por primera vez ampliamente en 1948, cuando se redactó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La Declaración Universal es precisamente eso: universal. En ningún lugar de la declaración se dice que se debe excluir a las mujeres de cualquiera de los derechos mencionados en el documento.
En 1979, las NU adoptaron la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
En 1993, la Asamblea General de las NU adoptó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, y se creó el puesto de Informador Especial sobre la Violencia contra las Mujeres.



Resulta increíble que en la práctica esto no se tenga en cuenta y que se viole de esta manera los derechos de las mujeres, sometiéndolas al miedo y a la incapacidad de desarrollar todo su potencial.

Para erradicar esta lacra hay que cambiar las cosas desde la raíz y de forma global. Habría que empezar a trabajar el problema desde la base, es decir, desde la infancia y así lo están haciendo patente diversas campañas institucionales, ONG´s y organizaciones de defensa de la mujer. Es importantísima la educación en clave de igualdad y respeto que deben recibir las nuevas generaciones desde ya. Porque sólo educando hacia el respeto se puede suprimir esta mentalidad arcaica que no podemos permitir más.
Por esta razón y otras muchas, me parece una excelente idea la creación de una asignatura obligatoria como es, "Educación para la ciudadanía” porque considero que es el comienzo para extender ideas de igualdad, tolerancia y respeto.
De verdad no entiendo quién puede estar en contra de esta iniciativa
educativa…

9 comentarios:

jandro dijo...

Fundamental la educación a los padres también, porque por mucha educación que haya en los colegios, si en casa la madre dice a la hija, ayudame a barrer mientras el hijo está tumbado en el sofá, estás creando una sociedad sexista.
Sé que lo que he dicho no genera violencia como tal, pero ayuda a una sociedad machista, que es lo que desemboca en malos tratos.
No sé si me explico.
Buen blog.

Atenea dijo...

Eso por supuesto, la educación no sólo recae sobre la enseñanza escolar, es una misión que deben compartir docentes y padres. Es difícil cambiar esos malos hábitos (ejemplo del hijo tumbado en el sofá al que aludes) de los padres de hoy en día, pero los padres de mañana serán esos chic@s que reciben una educación en clave de igualdad hoy, ¿no crees?

Un saludo.

ARMACHÍ dijo...

No podemos dejar la educación de nuestros hijos los profesores, eso debería ser una máxima para todo el mundo, más cuando después les vetamos a la primera de canto, cuando se meten con "nuestros niños".
Los padres somos los que tenemos una obligación seria, realmente seria, en cuanto a la educación de nuestros retoños, es urgentisimo enseñarles el valor de los valores, valga la redundancia, el aprecio por la vida y la dignidad, y las secuencias vitales que nos exigen, a cada momento, responsabilidad y dialogo.

La "ley del más fuerte" no puede ser una realidad en una sociedad democrática y plural de la que presumimos, y por contra, debemos hacer real una igualdad entre sexos, necesaria e imprescindible para seguir avanzando en terminos claros de civismo y progreso.
Es triste, arcáico, insensato, deplorable y solemnemente rastrero, intentar cambiar la voluntad de una mujer a fuerza de golpes. Hay que denunciar, denunciar y denunciar; a ver si podemos vencer este terrorismo incoerente, que no me cabe en la cabeza, algún "machote" pueda pensar que es la solución a sus problemas.
¿Cuanto se puede llegar a odiar para matar a alguien?

ARMACHÍ dijo...

Gracias por tu visita a mi blog. Es... Tu casa.

Carlos dijo...

Este es un tema que nuestro país, y nuestro Gobierno, tiene pendiente. Es obvio que la ley contra la violencia de género no ha funcionado, a pesar de que se aprobó con muy buena intención.

Pero claro, es un problema con una solución difícil a corto plazo. A largo está claro, y ya habéis señalado, que la educación es vital. Pero nadie sabe proponer una solución a corto plazo. Y es que nadie puede prever cuándo un maltratador va a cruzar la línea y convertirse en un asesino.

Una solución que se me ocurre es endurecer las penas por maltrato, hasta penas de cárcel contundentes y, a su vez, las medidas cautelares hasta que decida el juez si hay maltrato o no. Pero esto sería ir en contra de uno de los pilares del derecho penal español, que dice que la pena ha de ser proporcional al delito.

En definitiva, un problema con muy difícil solución a corto plazo. Todos coincidimos que una buena educación puede acabar con el problema en las futuras generaciones, pero en los próximos 10-15 años, ¿cómo atajamos el problema?

Por otra parte, me provoca asco e indignación esos malnacidos que utilizan la fuerza para controlar a sus parejas y las maltratan sin miramientos minando su personalidad.

Un beso.

jandro dijo...

Guido, yo creo que a corto plazo se podría modificar el código penal. Se te ve entendido en leyes y supongo que sabrás, que a pesar de la redacción de la ley contra la violencia de género, en el código penal se exige "habitualidad"para que sea considerado como delito.
Creo que no se puede esperar a que te zurren 4 o 5 veces para que puedas ser juzgado por delito y no por falta.
No sé, ahí dejo eso a ver si alguien lo apoya.

Miguelo dijo...

la solucion que se me ocurre pasa por la educacion (en colegios y en la propia casa) y endurecer las penas.

Carlos dijo...

Endurecer el código penal es una opción que muchos ciudadanos de a pie opinan que sería una buena solución para atajar muchos problemas de delincuencia en nuestro país. Yo también creo que se pueden reducir índices de criminalidad con esta actuación.

Lo que "echa para atrás" a los gobernantes es, por una parte, no querer parecer "autoritarios" al endurecer las penas y, por otra, que cuanto más tiempo pase un preso en la cárcel más dinero nos cuesta a todos, ya que hay que mantenerlo, emplear funcionarios para instituciones penitenciarias, etcétera.

Efectivamente puede ser una medida favorable para reducir el índice, en este caso, de la violencia de género. Además me parece lógico lo que dices, si maltratas una vez, eres maltratador, y no se debería pedir "habitualidad", pero creo que el Código Penal se tiende siempre a "reblandecerse" que a "endurecerse" por lo que he dicho en el párrafo anterior.

Un saludo.

Miguelo dijo...

ya esta atenea, quedas agregada a mi blog :)